Embarcados desde hoy en la gran aventura de encontrar al que será la II generación de Celera Talent Team… queremos contaros quiénes son, de manera más personal, nuestros acelerados… ¡esperamos que os guste!

Carlos Matilla

 «Mi lema: Plus Ultra»

Nuestro Talent Carlos Matilla no para ni un minuto… cuando no está en un proyecto de ingeniería pues sencillamente… ¡está en dos! Trabajador incansable, tuno, apasionado de la música y más a más… ¡ilusionista! Le hemos pedido que nos cuente su historia… ¡ahí va!

 

Llegué a este mundo en Madrid  el 26 de Febrero de 1988 en el seno de una familia tan buena que posiblemente no merezca. Nací con varios problemas en los ojos cuyo resultado es que tenía una visión inferior al 20% y pese a que muchos médicos dieron la espalda a mi caso, mi familia no se rindió y encontró al oftalmólogo, cuya dedicación (suya y la de todo su equipo) corrigió la mayoría de dichos problemas a través de 8 operaciones. Quizá este sea uno de los aspectos que más ha caracterizado mi vida, y si bien, fui un niño introvertido y poco animado para el deporte, fui un niño feliz, tuve muchos amigos y con ellos compartí una infancia feliz.

 

Ya desde pequeño desarrolle uno de los hilos conductores de mi vida, la pasión por los retos y por el camino más difícil. Fue así como acabé estudiando Ingeniero Aeronáutico, no por vocación si no porque la visión popular era que dicha carrera era la más complicada. Y así fue, me encontré una carrera muy compleja en la que a pesar de invertir todos mis recursos durante el primer cuatrimestre, no funcionó y el resultado fue decepcionante. Así que tenía dos opciones: aceptar que la carrera iba a demandar todo de mi para unos resultados malos y no cambiar, o buscar otra solución. Y empecé a estudiar de manera eficiente. Con esta mecánica conseguí unos resultados muy buenos que me posibilitaron aumentar el reto. ¿Por qué estudiar una ingeniería muy difícil si puedes estudiar dos? Así que empece a simultanear mis estudios de Ingeniero Aeronáutico con Ingeniero Naval y Oceánico.

 

Con la lección aprendida de estudiar adecuadamente, decidí dar un paso que también se convertiría en un hilo conductor, mejorarme a mi mismo. En este caso me volqué en mejorar un aspecto de mi carácter que no me hacía feliz, mi timidez. Sabiendo que no podría lograr mejorar solo, me metí en la Tuna de Ingenieros Navales y a los tres meses de entrar me llevaron gratis un mes a Japón, un viaje que cambio mi vida.

 

En 4º de carrera cumplí uno de mis sueños de infancia, vivir un año en Alemania gracias a una beca Erasmus. Fue un año duro pero aprendí algunas cosas vitales, especialmente el aprendizaje activo. Fue en este periodo donde nacieron mis ganas de participar en competiciones universitarias internacionales para poder aprender más. Tras algunas competiciones en las que junto con otros participé (Airbus Fly Your Ideas, Beertual Challenge) descubrí la competición que cambiaría mi vida, la competición internacional RoboSub organizada en San Diego por la Marina Norteamericana en la cual estudiantes de algunas de las mejores universidades de todo el mundo probaban vehículos submarinos construidos por ellos mismos. Para participar en dicha competición y junto con Julio Guillén, fundamos FuVe, una asociación en la que los estudiantes pudieran poner en marcha sus proyectos para participar en competiciones. Luchamos hora tras hora de noche y de día contra nuestra ignorancia en un ambiente universitario que apenas reconocía nuestro esfuerzo con solo dos apoyos, nuestras ganas de aprender y la idea de que podíamos lograr lo imposible. Y así fue. Llegamos a San Diego con un vehículo con propulsión a chorro, nunca antes vista y clasificamos para semifinales en la última posibilidad, un momento épico.

 

Después del submarino me pase a la parte aérea, a desarrollar un autogiro para otra competición en EE.UU. Junto con el submarino, dichas experiencias me demostraron que si hay voluntad, hay una manera. Y así me metí a desarrollar un nuevo concepto de avión/helicóptero con capacidad para 4 plazas. Cada día me levanto y trabajo muy duro para llevar a cabo este proyecto porque estoy convencido de él y aunque suene imposible, seguiré luchando por ello. Quiza me equivoque y cometa errores, pero mientras tanto voy a seguir viviendo esta aventura. Y no solo ello, cada día quiero mejorar en inteligencia emocional, mi forma física, mis conocimientos musicales incluso en ilusionismo.

 

Una aventura que me ha llevado a un lugar increíble, a la guarida de la Liga de los Hombres Extraordinarios, Celera. El año pasado terminé mi primera ingeniería y fui escogido en Celera, ¿sabéis que fue mayor logro en mi opinión? Celera. Carreras hay muchas, pero lugares donde de verdad se incentive hacer cosas nuevas, equivocarse y aprender, mejorarse a si mismo y rodearse de personas mejores que tu hay muy pocos. Y Celera es ese oasis que deseo que contagie a España y Europa en general si queremos cambiar la situación actual. Dentro de Celera he vivido cosas alucinantes con personas normales que hacen cosas extraordinarias. Porque eso es Celera en mi modesta opinión, el lugar de reunión de gente corriente que han dedicado su tiempo, esfuerzo y energías ha hacer cosas tan extraordinarias como convertir sus sueños en realidad. Todo mi agradecimiento a Javier, Oihana y todas las personas que han soñado despiertos con esta idea contagiosa.

 

Carlos, emprendedor incansable comparte con nosotros esta interesante reflexión:  es curioso que vivamos en un país tan poco emprendedor con un lema tan bueno para emprender. En la mitología clásica, los pilares de Hércules (Estrecho de Gibraltar) representaba el fin del mundo y por ello se decía Non Plus Ultra (No hay más más allá). Afortunadamente, hubo personas que no hicieron caso a esa leyenda e hicieron lo que nadie creía posible, descubrir el Nuevo Mundo. Así fue como el Non Plus Ultra paso al Plus Ultra (Más más allá).
 
Y ese es mi lema, Plus Ultra!
 
Gracias Carlos por contarnos tu historia de superación, amor por el conocimiento y contagiarnos tus ganas de ir siempre a más, ¡Contigo Celera acelera mejor!