Noticia publicada en EFE Emprende

«El objetivo de Celera es el de apoyar a los jóvenes talentos españoles mediante su aceleración personal, con la convicción de que es la mejor inversión para el futuro.

La Asociación Celera nace desde una inquietud personal de su fundador, Javier García Martínez, de apostar por personas y no por proyectos, según narra a EFEemprende.

García cree que si se pone “el mejor talento con las mejores personas solo pueden salir cosas buenas“.
Su dilatada experiencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) le hizo entender que lo importante no era mejorar los proyectos, sino a las personas que estaban detrás de estos.
“Me apetecía comprometerme con gente joven con nombres y apellidos“, agrega.
Por eso decidió crear esta incubadora de personas con un programa personalizado y adaptado a cada uno de los diez perfiles que entran por promoción.

El pasado viernes, Celera lanzó la que sería su tercera convocatoria y con la que completará por primera vez los tres años de formación que dura el programa.
El primer año es para que la promoción se conozca, en el segundo se desarrollan las competencias y habilidades mientras se les pone en contacto con instituciones y personas relevantes. En el último curso, bautizado como “el legado“, se les exige “pensar a lo grande” para salir preparados al mundo real.
Garcia expresa la dificultad de trabajar con personas y no con proyectos, ya que al final se buscan resultados y estos son más palpables en algo material.
Celera defiende la pluralidad y no se cierra a ningún perfil concreto, como podrían ser los ingenieros o emprendedores, aunque si es verdad que por semejanzas, para García, estos perfiles son los que más fácil podría asesorar.
La incubadora de personas cree que en la variedad está la riqueza y que lo que puede surgir en la interacción entre talentos de distintas áreas del conocimiento y en distintos momentos de su trayectoria profesional puede ser sorprendente y prometedor. whatsapp-image-20160609

“Una de las dificultades es que no queríamos que el programa de tres años fuera una incubadora que no les dejara tener su vida personal y profesional“, subraya García.
“No queremos sacar a la gente de la actividad que están haciendo, por eso-añade- buscamos los mejores talleres que se puedan ajustara sus necesidades y áreas de conocimiento”.
Dentro de Celera se encuentra el programa Celera.me que consiste en potenciar sus capacidades socioemocionales con talleres colectivos, donde se trabajan temas de estrés, comunicación verbal y no verbal. Asimsismo también se imparten talleres individuales con un mentor personal para cada alumno.

Los alumnos también pueden acceder al programa ‘Lince‘ de alto rendimiento en donde diferentes profesionales analizan la situación personal del alumno.
El principal patrocinador y cofundador de la incubadora es la Fundación Rafael del Pino, que apoya al proyecto no solo con su sede central en Madrid, sino también con la inclusión de los alumnos en diferentes talleres y cursos de formación a los que, de manera individual, nunca podrían haber llegado.

En este sentido, García destaca la gran cultura estadounidense en materia de fundaciones o benefactores y lamenta que en España no sea así.
“Las sinergias que se crean entre los alumnos es una de las cosas más importantes. Subirse a hombros de gigantes ayuda a hacer cosas extraordinarias, porque te sumas a ello. Alguno de los momentos más interesantes que hemos vivido se han producido cuando los acelerados pasan tiempo junto y se ven las discusiones que tienen entre ellos”, finaliza García.»